Lucas Montero es investigado por la justicia acusado de realizar “fiestitas” con nenas de cuatro y cinco años en su casa del country en la zona del Tigre.
“Me mete los dedos y bolitas (...) El primo le hace cosas a S. mientras el papá me pega con el martillo y me llena de sangre la cara (el hecho se remite a una eyaculación)”.
Estos dichos integran parte de la denuncia por “abuso sexual reiterado y corrupción de menores reiterada” que se encuentra frenada en la Justicia contra Lucas Montero, de 37 años, quién aún se encuentra libre tras varios actos de pedofilia que protagonizó el año pasado en su casa del barrio Isla del Sol, en la localidad de Tigre.
Los abusos se produjeron en la casa de Montero, que aprovechando que su mujer llevaba a nenas del barrio donde vivían para jugar y cuidarlas, él las desvestía y disfrazaba desarrollando juegos de alto contenido sexual.
Los padres de las víctimas son advertidos acerca de un abuso tras las dificultades en la enseñanza que los maestros de las nenas observaban en la escuela. Los Montero fueron expulsados del exclusivo barrio de Tigre (donde vive el intendente Sergio Massa, entre otros), pero hoy se pasean con total impunidad frente a los ojos de los padres de las víctimas.
Las nenas luego comenzaron a ser atendidas por psicólogos especializados que las contienen emocional y anímicamente.
En declaraciones al diario Crónica el doctor José Vera, quien detalló el nuevo camino que intenta tomar la causa. Aunque las denuncias que se mantuvieron en pie para llevar adelante la causa pertenecen a tres víctimas (dos nenas de 4 años y una tercera de 5), ya que las mismas llegaban a diez damnificados pero los padres de los chicos decidieron no seguir adelante para no someter a sus hijos, quienes defienden a Lucas Montero “utilizan artilugios legales para obstruir el proceso de justicia, ya que la causa ya debería estar en juicio oral y público”, sostiene Vera.
“Volveremos a apelar y contaremos con las declaraciones de las víctimas en Cámara Gesell”, agregó al letrado patrocinante de los padres de las pequeñas víctimas involuntarias. De la primera denuncia que se llevó adelante, la esposa de Montero, Carolina Porto quedó absuelta.
Sin embargo, según el relato de los papás de las víctimas, que consta en la causa, “la esposa de Montero estaba presente en los actos y hablaba con las menores para tranquilizarlas”.ElArgentino.
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